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18-03-19

El Monumento de los Sprínters (que no siempre ganan los sprínters)

110 primaveras

La Milano-Sanremo, también conocida en italiano como la Classicissima o la Primavera, llega este año a su edición 110. La carrera se celebra desde el año 1907, y solo se ha dejado de correr en 1916, por la Primera Guerra Mundial, y en 1944 y 1945, por la Segunda. Es el primero de los cinco Monumentos, junto al Tour de Flandes, la Liège-Bastogne-Liège, la Paris-Roubaix e Il Lombardia. Historia pura.

293.41 km

Se trata de la jornada ciclista más larga del World Tour, con diferencia. El recorrido de la Milano-Sanremo, aunque ha ido variando más que el de otros Monumentos, se caracteriza por ser el más largo, pero también el menos escarpado de los cinco. De hecho, se trata de la ocasión ideal para los sprínters de poderse llevar un Monumento. La mayor cota es el Paso del Turchino, que se encuentra a casi 150 km de meta y no conlleva grandes dificultades: Son 25 km al 1,4 %, que en las últimas rampas llegan al 5,7 %.

3,7 km

3.7 km al 3.7% de pendiente media. Son los datos nada impresionantes de il Poggio di San Remo, la pequeña colina que se corona a 5,3 km de meta, y cuya rampa máxima es del 8%. Es obvio que la dificultad no reside en la cota en si, sino que el quid de la cuestión es como lleve cada ciclista los casi 300 kilómetros en las piernas. Además, la carretera estrecha y su cercanía a meta hacen que un ataque antes de coronar, realizado por un especialista en el descenso, sea difícil de controlar por los equipos de los sprínters. Esto es exactamente lo que hizo hace dos años Peter Sagan (1200) vestido de arco iris, aunque se llevó consigo a Julien Alaphilipe (1200) y a Michael Kwiatkowski (1200), quién acabaría llevándose la victoria en el sprint a 3.

El año pasado, Vincenzo Nibali (800) atacó exactamente en el mismo lugar, justo antes de coronar y, en solitario, con un descenso de superclase, logró ganar el pulso al pelotón desbocado, dando lugar a una de las grandes imágenes de la temporada: Nibali celebrando la victoria con todos los hombres rápidos tansolo uno metros por detrás. El tiburón de Mesina mordía otra vez.

2 años sin sprint masivo

Los grandes velocistas llevan dos años sin ganar el Monumento de los Sprínters, de ahí que el cartel incluya casi todas las grandes figuras del pelotón internacional. Los favoritos, los de siempre: Sam Bennet (1200), Elia Viviani (1200), Fernando Gaviria (1200), o Caleb Ewan (1200), sin descartar a otros velocistas como Sonny Colbrelli (1000), Matteo Trentin (800), Giacomo Nizzolo (800), Sacha Modolo (800) o Nacer Bohuanni (600), por citar algunos. Arnaud Demare (1200), John Degenkolb (800) y Alexander Kristoff (1200) están en la startlist y ya saben lo que es ganar una Milano-Sanremo (2016, 2015 y 2014, respectivamente).

Entre los que les pueden aguar la fiesta podemos nombrar al vigente campeón Vincenzo Nibali (800), al siempre temible Peter Sagan (1200), al campeón del Mundo Alejandro Valverde (1200), al clasicómano Greg Van Avermaet (1200), al mago Julien Alaphilipe (1200), o al kazajo Alexei Lutsenko (600) que está súper en forma y tiene las cualidades para ganar a los mejores, como demostró el otro día en la Tirreno-Adriático imponiéndose al sprint a Primoz Roglic (1200) y a Adam Yates (1000) tras caerse dos veces yendo escapado en solitario.

51 victorias italianas

Aunque el belga Eddy Merx encabece el palmarés con siete triunfos (1966, 1967, 1969, 1971, 1972, 1975, 1976), los italianos son los que más victorias han cosechado en la Classicissima, llevándose un total de 51 títulos. En la última década, sin embargo, sólo Vincenzo Nibali (800), el año pasado, ha conseguido que la victoria se quede en casa.