Un final para puncheurs en Namur
Pocas carreras tienen un último quilómetro tan tradicional como el Grand Prix de Wallonie, cuya línea de meta en la Citadelle de Namur (1,2 km al 4,2 %) es una de los finales más reconocibles del calendario ciclista anual. Un rasgo característico que hace del evento una cita imperdible para puncheurs y corredores de clásicas, sobretodo para corredores que disputan la temporada otoñal de carreras de un día en Bélgica y el norte de Francia.
Recorrido
202 km y 2750 metros de desnivel positivo acumulado son las cifras frías de una carrera que en lo práctico es perfecta para especialistas de las clásicas de las Ardenas. La parte inicial incluye algunas subidas que pueden ayudar a conformar la fuga, mientras que el segundo tercio de carrera es más llano y juega a favor del pelotón. Por último, los petardos se encenderán presumiblemente en los últimos 20 kilómetros, con la subida a Tienne aux Pierres (3 km al 5,2%) y la rampa final que lleva a la Citadelle de Namur (1,2 km al 4,2 %).
Favoritos
Hay que buscar a los candidatos a la victoria entre puncheurs y corredores explosivos. Mathieu Van Der Poel (1200) parte como gran favorito, y junto a él, Benoît Cosnefroy (400), Biniam Girmay (600), Warren Barguil (400), Greg Van Avermaet (400), Dylan Teuns (600), Victor Campenaerts (400), Julian Simon (200), Loïc Vliegen (200), Tobias Johannessen (400), Amanuri Capiot (400), Stefano Oldani (400) y Philippe Gilbert (200) son otros hombres con opciones. Sprinters como Jasper Philipsen (1200) o Luca Mozzato (400) son corredores resistentes, aunque quizás la rampa final sea demasiado para ellos.